Himno de la Esculta

Yo he pasado largas noches en la selva,
bajo el tronco perfumado del abeto,
escuchando los rumores del torrente,
y los trémulos bramidos de los ciervos.

Yo he bogado en un madero por el río,
he corrido como un potro por los cerros,
he colgado en un peñasco la buitrera,
y he lanzado mis arpones en el lago.

Oh señor , tú que ves nuestros anhelos,
por buscarte en tus obras siempre inquietos,
yo te pido que nos lleves de la mano,
a la paz de tu eterno campamento.

Encajado como mísera alimaña,
en la gruta del peñasco gigantesco,
he sentido la grandeza de lo grande,
y llorado la humildad de lo pequeño.

Lo solemne dice menos que lo humilde,
la quietud dice más que el movimiento,
las palabras hablan menos que los ruidos,
y los ruidos dicen menos que el silencio.

Oh señor , tú que ves nuestros anhelos,
por buscarte en tus obras siempre inquietos,
yo te pido que nos lleves de la mano,
a la paz de tu eterno campamento.

Si es verdad que no te encuentre aturdidos,
en la mágica ciudad por el estruendo,
que se venga a admirarte aquí en tus obras,
que se venga a admirarte en tus efectos.

Oh señor , tú que ves nuestros anhelos,
por buscarte en tus obras siempre inquietos,
yo te pido que nos lleves de la mano,
a la paz de tu eterno campamento.

Grupo Scout Wanche 425